domingo, 6 de enero de 2008

Parte 34, 35, 36

Parte 34

Después de salir Charo de la habitación, dio al vista atrás y Alonso ya la estaba esperando con un jarrón en la mano. Cuando ella terminó de voltear, Alonso se lo reventó en la cabeza. Esto provocó que Charo cayera desmayada e inconsciente. Al ver esto Alonso se llenó de miedo. Pero eso no le importó y fue motivo para descuartizar a Charo y llevarla a tirara un lugar solitario en el cual él nunca recordaría ese homicidio que había cometido.

Después de todo ese crimen, Alonso tomó en una bolsa negra todas las piezas de su fiel compañera y tomó las llaves de su auto y se introdujo en él.

Ya en la carretera, Alonso iba pensando en lo que había cometido. En el trayecto del lugar solitario Alonso escuchaba una terrible voz que decía: “¿Por qué lo hiciste?”. Él pensó que se trataba del espíritu de su amada Charo y contestó: “Lo hice porque te amaba”. Con esas palabras Alonso soltó el llanto y eso lo hizo perder el equilibrio del automóvil y que por poco le cuesta la vida. Después añadió. “no soportaba ver cómo con otras personas eres feliz y conmigo no, y hoy se que sólo eres para mí y siempre estarás conmigo”. Después de decir esto dio una vuelta al volante y regresó a la casa, y ahí sepultó los pedazos de su amada, justamente en le patio. Ahí cavó un pozo y la enterró, nadie se dio cuenta de nada. El vivía solo y con la preocupación de que la policía nunca se enterara de lo sucedido.

El vecindario ni siquiera escuchó ruido alguno, pero él vivía con la preocupación de lo que la gente le cuestionaría.

El sólo respondería “Mi mujer me fue fiel mucho tiempo y ahora se cansó de mí y se fue de aquí”. Esas, según él, serían las palabras que él pronunciaría cada vez que le preguntaran por su amada a la cual mató en su propia casa…

(Nadia Selene Sánchez de la Cruz)

Parte 35

Mientras todo esto acontecía, en un panorama de frustraciones, Blanca se encontraba secuestrada y en condiciones de duda y desesperación.

Eusebio sólo trataba de imaginar o bien reconocer en aquél sujeto –que, según decían había secuestrado a su dueña-, y, si bien era de imaginar, “El Negro” no tenía nada que ver.

¿Por qué Alonso no investigó la vida de Blanca?

Y como era de esperarse, nadie recordaba a aquél hombre del que huía Blanca al principio. Blanca había sido secuestrada por Álvaro, quien inimaginablemente era parte de la mafia a la que debía el gran éxito obtenido en su carrera y como misión tenía que matar a Blanca.

Álvaro trató de evadir sus sentimientos, pero es imposible. Blanca despertaba grandes emociones y sentimientos en su ser, así que, ocultando su identidad, secuestró a Blanca.

Tras varias semanas sin revelar su identidad, decidió hablar con Blanca y tratar de explicarle la situación.

En eso sonó su celular. Era “El Gato”, quien comandaba la banda, que quería desaparecer a Blanca.

• ¿qué ya tienes el encarguito?

• Ya jefe, usted nada más dígame qué hacer

• No, pues lo mejor es desaparecerla, así nos darán la dirección del proyecto

• Con todo respeto, jefe, no creo que sea la mejor opción –dijo Álvaro- que tal si la mantenemos secuestrada hasta que se asigne una persona para el proyecto?

• Y qué si pierdes tu fortuna? Haz lo que te ordeno o te verás en serios problemas.

• Está bien, jefe. Cambio y fuera.

Álvaro sintió que su mundo se venía abajo. Por un lado tenía fama y fortuna y por otro estaba el amor de su vida.

Pensó en qué podía hacer. Tal vez huir no sería la mejor opción, pero él quería estar con Blanca. Fue por ella al hotel donde estaba y la subió a su carro. Tomó la carretera a México. Era el lugar mas lejano de dónde se encontraba y en donde, seguramente, nadie lo buscaría.

Álvaro ya no quería ver sufrir a su amor, así que decidió revelarle su identidad. Tenía tanto miedo ¿qué pasaría si Blanca no quisiera huir con él o simplemente lo despreciara?

Pero no le importó así que, después de haber transcurrido varios kilómetros, decidió detenerse y hablar con ella. Se detuvo, abrió la puerta del carro. Blanca se estremeció. Álvaro se acercó, la acarició y le dijo…

(Yésica N.)

Parte 36

En ese momento Charo se fue entre sus brazos, quedando Alonso sin palabras. La miró a los ojos y le preguntó:

-por qué haces esto?

Charo, con la mirada feliz, le dijo “es que yo te amo. Desde el primer momento en que te vid no puedo dejar de pensar en ti”.

En ese instante, Alonso llevó sus labios a los de ella, y se dieron un beso muy largo y profundo. Entonces la temperatura empezó a subir. Entrando al despacho, Alonso tiró la pipa y empezó a acariciar a Charo delicadamente, enamorándola mas y él de ella. Todo tornaba a un momento muy especial y mágico, donde el amor y la pasión. Se desbordaba lentamente en los brazos de ellos, donde los labios, rozándose se enamoraban mas… todo fue tan mágico que ellos sólo podían decir te amo. Nunca podrán relatar ese momento tan especial en sus vidas de amantes inocentes que con tan sólo verse a los ojos sintieran esa flecha que algunos dicen arroja Cupido…

Al pasar el tiempo sonó el teléfono y Charo se dio cuenta de que sólo era un sueño. Sueño que no haría realidad si ella no lo buscaba y le confesaba lo que sentí su corazón que, por desgracia, no era correspondido como ella esperaba.

Pero lo que ella no sabía era que él sí estaba enamorado de ella con un gran amor que le daba vergüenza decírselo a la cara. Era un gran secreto de amor y pasión hacia ella.

En ese momento él dijo:

-Charo, puedes venir un momento?

Charo entró al despacho donde el señor estaba fumando su pipa y le preguntó qué se le ofrecía.

Él se levantó del sillón donde estaba sentado y le dijo

-Dime con sinceridad ¿me amas?

Quedó Charo impactada por lo que le había preguntado Alonso. Sin mirarlo a los ojos por la vergüenza que sentía, le dijo “Si, desde el momento en que comencé a trabajar aquí y lo vi, sentí una enorme necesidad de amarlo. Pero yo soy casada no puedo hacerle esto a mi marido. Él me ama con locura y estoy tan confusa por lo que siento que no puedo mas”

-Pues vámonos de aquí donde nuestro amor sólo pueda hacerse realidad.

-no, no puedo. Mi esposo me espera con gran ansiedad, jamás podría hacerle esto.

Ella salió corriendo del despacho donde se confrontó la escena, llorando histéricamente. Se preguntó ¿por qué a mí sólo me pasan estas cosas de amor y pasión?

(Humberto D/Luniita)

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