domingo, 6 de enero de 2008

Parte 11


Blanca intentaba por todos los medios borrar su pasado; quería, deseaba con todas sus fuerzas iniciar una nueva vida sin el peso de los recuerdos. Muchas veces lo había meditado, pero nunca daba el paso finaL, esta vez era la definitiva.

Sin pensárselo recogió las cosas imprescindibles en su apartamento, cerró persianas, ventanas, puertas... y dijo un adiós silencioso.

¿Dónde iré? Se preguntaba ¿Podré vivir yo sola? Se repetía.

Cargó todas sus pertenencias en su coche y tomó rumbo desconocido.

Tenía la certeza de que quería salir de allí, la que había sido su casa durante bastante tiempo pero sentía tristeza el dejar todas sus amistades sin haberles comunicado sus intenciones. Tenía que ser ella misma, quería dar un giro de 180º a su vida.

Conducía y conducía sin parar, no sabía realmente a dónde ir. Se adentraba la noche, no le apetecía parar. De pronto, descubrió que había luna llena -no se lo pensó dos veces-, aparcó el coche en el arcén, se bajó despacio y empezó a contemplarla de manera exhaustiva.

Nunca se había fijado en la luna –pensó-, tiene cara de mujer. Estuvo largo tiempo observándola, comenzó a tener frío, se sentó en los asientos traseros del coche sin apartar la mirada de esa imagen que ahora veía nítida y en la que nunca se había detenido.

El cansancio hizo que se durmiera pronto. Poco antes de que amaneciera, se despertó sobresaltada, había tenido una pesadilla.
Abrió la puerta izquierda, respiró aire puro, se colocó la ropa; arrancó el coche y se dispuso a continuar el viaje sin retorno.

No había ningún bar en la carretera, miraba a un lado y otro. Encendió la radio, le apetecía oír música para sentirse acompañada, ya que la soledad le empezaba a hacer mella. De pronto, vio un cartel informativo, indicando la distancia al pueblo más cercano.

Era el viaje más largo de su vida –pensaba una y otra vez. En ese mismo instante pusieron una canción que la hizo olvidarse de todo. De pronto, vio que había una indicación del lugar que había visto anterior, no se lo pensó dos veces pararía a descansar y tomar bocado.

Enigma

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