domingo, 6 de enero de 2008

Parte 26

Como pasa el tiempo amigos, se agotó el otoño sin dejar lluvias y pasaron las navidades sin lograr saciar de felicidad las maltrechas máquinas de consumo en que se han convertido los humanos.

El frío seco ha sustituido a los abetos decorados, y los carteles de rebajas han ocupado en los escaparates el lugar que correspondía hace poco a los destellos de colores, evocadores de infancias que ya apenas logran recuperar el olor de las castañas asadas en fogones callejeros.

Madrid se mueve lento entre el caos producido por las últimas nevadas, que aunque reparadoras atmosféricas, no logran hacer entender a los torpes automovilistas del regalo de pasear despacito los bulevares.

Hace seis meses que Blanca desapareció, y tres ya desde que Maite volvió a Buenos Aires sin dejar dirección ni teléfono por consejo del policía, que debe ser el único que conoce su paradero ya que no estimó oportuno que ni Sergio estuviera al tanto. Con él vivo desde entonces con la incertidumbre que producen los casos inconclusos.

Los últimos días de noviembre parece que el inspector Alonso había descubierto algo, o quizá solo era la necesidad de salir de tan tedioso letargo. Le había llamado la atención un nombre en el marcapáginas de un libro, era un hilo fácil, un hombre de nombre Álvaro surgió al otro lado del "móvil" la primera vez que marcó los dígitos, parece que era un antiguo amor que fortuitamente había reaparecido tras las estanterías de una tienda de consumo que Blanca frecuentaba. Un reencuentro casual que removió algunos rescoldos no apagados y que llevó a los jóvenes a una cita que no tuvo continuidad por la desaparición de la chica de la que Álvaro no era consciente, tan solo pensaba que había optado por el olvido. Algo perfectamente lógico con un solo "pero" profesional ¿Que hacía aquel hombre en una pequeña tienda de comestibles de un barrio en el que nunca antes había estado?. No quiso el policía forzar la máquina de las excusas y admitió por el momento la compra de "pilas" para el MP3 cuando pasaba por la puerta de establecimiento. Quizá fue un error por parte del "sabueso" no seguir presionando en esa primera entrevista, ya que no hubo lugar para una segunda, esa misma noche Álvaro apareció muerto dentro de su coche con dos tiros en la cabeza en el aparcamiento de un hipermercado, los guardias de seguridad descubrieron el coche cuando hacían la ronda para cerrar. Horas después presa del pánico Maite volaba camino de Argentina.

Hoy ha sonado el teléfono y he oído a "Skorbuto" saludar al policía, algo pasa, la escueta conversación presupone el encuentro en breve en este apartamento. No puedo evitar que una sensación de nerviosismo me recorra el lomo hasta la puntita del rabo.

El gato.

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