domingo, 6 de enero de 2008

Parte 2


Ella seguía petrificada, él se acercaba cada vez más. "¡Piensa,! ¡Piensa!", se decía en su interior. De repente oyó su nombre: ¡Blanca!, entonces su cuerpo relampagueó y supo que tenía que salir de allí, como fuera. Dió media vuelta, oía sus pasos próximos, pensó: "No, otra vez no". Desde que olvidó el verde de sus ojos, había desaparecido el encantamiento en el que estuvo sumida. Había encontrado calma en su vida, se había reencontrado a sí misma. No quería volver al infierno en el que estuvo sumergida., y ahora de nuevo sus ojos, sus hipnotizadores ojos. "No, otra vez no". Oyó su voz llamándola: "¡Blanca!, espera". Sólo le quedaba huir, correr, correr...

Ana Nobel

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